Golpe de efecto ante un buen Celta B

Golpe de efecto ante un buen Celta B

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Había que ganar para estar ahí arriba (acaba la jornada en segunda posición) después de dos empates seguidos y se hizo. Quizá por juego no hubo tanta contundencia como demostró el marcador, pero esto es fútbol. Esto va de marcar en la portería rival y cerrar la propia. Contundencia defensiva y ser letal arriba.

Y el UD Logroñés, más efectivo por ejemplo que en su última cita en Aranda, supo resolver un choque que se puso difícil porque enfrente había un rival que trató de ganar a los riojanos con la pelota como argumento. Así, la medular fue clave para saber aguantar en varios minutos y fundamental para lanzar contras con las que sentenciar el duelo en dos acciones consecutivas mediado el segundo tiempo. Velocidad y remate. Día para que Carlos Fernández anote su primer tanto oficial y para que Íker Alegre adquiera protagonismo, es importante recuperarlo para la causa tras un arranque dubitativo.

Otra vez, la estrategia funcionó y la UDL se llevó el triunfo. El gol de Borja, tras un córner, en la recta final del primer tiempo dio tranquilidad y permitió a los blanquirrojos especular, no se entienda mal, con el resultado. Cerró espacios, evitó que el Celta B, liderado por Borja Fernández en la dirección pudiera generar juego. Y eso que se sufrió. En los minutos iniciales, con un cuadro vigués vivo, alegre, chispeante. Ahí se ató los machos el conjunto visitante. Jacobo y Chevi salieron vivos de la refriega y con el paso de los minutos las tornas fueron cambiando, hubo más equilibrio. Y también se sufrió ante de 'matar' el choque.

Inicios arrolladores del Celta B

Fueron algo más de 20 minutos de la segunda parte en la que el Celta B apretó, dio un pase adelante y obligó a los riojanos a retroceder. Casi sin querer, le hizo un favor a su oponente que en la transición ofensiva fue letal. Con espacios, el UD Logroñés generó dos ocasiones consecutivas y ambas acabaron igual: gol de Carlos Fernández, falta le hacía, y de Íker Alegre, también es imporante que el asturiano coja confianza. Argumentos suficientes para creer en un UD Logroñés que resolvió con pegada, con menos juego del que le gustaría, pero trabajando, sabiendo sufrir, mandando sin balón y haciéndose fuerte saliendo a la contra y con espacios. Victoria de las que se disfrutan.

Pouso introdujo cambios, sólo dos: Carlos Fernández ejerció de delantero y Pere Milla se echó a una banda. El resto, prácticamente el equipo de gala: una defensa que gana enteros en la titularidad -Julio Rico, Borja, Adrián León y Parede- y una medular que se consolida: Jacobo, Chevi y Muneta. Titi, titularísimo, dio la mala noticiade la tarde porque tuvo que marcharse lesionado. Pese a ser un once de muchos quilates, se sufrió porque el cuadro local mandaba, hacía correr a los riojanos. Costó voltear la inercia, al menos equilibrar una contienda que no pintaba bien. Pese a que los celestes pudieron superar a Miguel, no había remates entre los tres palos. La mejor de las noticias, pero sí había peligro.

El UD Logroñés salió con vida y no dio tregua. Muneta sacaba de esquina y Borja, en su sitio, evidenciando que en un recurso del que se va a sacar mucho provecho, hacía el 0-1 en la recta final del primer tiempo. No se podía dar un paso atrás, era importante no arrugarse en el arranque. El Celta B salió enchufado y dominador. Miguel gritaba, no paraba de corregir. Era clave ayudarse, ser solidario, sacrificarse en el trabjo oscuro. Quizá por eso Muneta no brilló tanto, como Chevi, más currante que en otras citas.

Dos goles seguidos y... victoria

El duelo estaba para matar el choque a la contra. Pouso metió a Íker Alegre en detrimento de Muneta. Velocidad. Electricidad arriba. Faltaba combinar, dar varios pases seguidos y respirar. Las transiciones se quedaban a mitad de camino y sólo había una opción: defender. La lesión de Titi, muscular, provocaba que Miguel Santos aportara trabajo desde su perfil. Irrumpió entonces Carlos Fernández, que ganó un balón para encarar a Iván Villar y ajustar su tiro. 0-2. Casi hecho. El Celta B estaba bloqueado e Íker Alegre, con el empeine, superaba al meta local. Dos goles en dos minutos y victoria asegurada. Mal se tenía que hacer.

Ni siquiera hubo dudas porque el Celta B, tocado moralmente, lo intentó pero sin fe, sin creer en nada. Mucho mejor. El UD Logroñés incluso pudo ampliar su cuenta. Excesivo castigo para un cuadro celeste que no fue lo contundente que se requiere en la categoría. Quiza porque enfente estaba un rival muy competitvo, que sabe adaptarse a las variantes que ofrecen los partidos y que demostró ser letal. Así se logran los objetivos.

Celta B: Iván Villar; Kevin, Samuel, Diego Alende, David Goldar (Jonathan De Amo, min. 82), Borja Fernández, Luis Rioja, Jordan (Rubén, min. 65), Borja Iglesias, Julio Delgado y Franco Fragapane (Guille, min. 73).

UD Logroñés: Miguel; Julio Rico, Borja, Adrián León, Paredes; Jacobo, Chevi; Titi (Miguel Santos, min. 65), Muneta (Íker Alegre, min. 58), Pere Milla (Joel Valencia, min. 75); y Carlos Fernández.

Goles: 0-1, min. 43: Borja. 0-2, min. 69: Carlos Fernández. 0-3, min. 70: Íker Alegre

Ábitro: Alberto Villora Linacero (colegio Madrileño), acompañado por Driss Lamchachty Laamarti y Ángel Luis Velasco Arribas. Amonestó a los locales Samuel (min. 18) y David Goldar (min. 28) y a los visitantes Paredes (min. 17) y Julio Rico (min. 51).

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