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Defender el amor en tiempos de 'redflags': “Nos encanta que nos digan lo que tenemos que hacer”

Una 'redflag' es un término moderno que se utiliza para alertar sobre las señales que te pueden hacer ver que una persona o una relación no son buenas para ti.

Alejandro Alcolea

Mallorca —

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Las redflags –señales que indican que una persona o una relación no son positivas para uno mismo–, el ghosting –dejar de tener comunicación con alguien–, la luz de gas, la toxicidad o de los lenguajes del amor. Nuestras relaciones amorosas se han llenado de un sinfín de conceptos que prometen guiarnos para salvarnos del conflicto y el dolor. Son los mitos modernos de nuestro mundo afectivo, las fórmulas secretas que llegan para resolvernos cualquier problema. Sin embargo, ¿hasta qué punto pueden servirnos como guía?

Pese a la utilidad de los consejos que podemos encontrar en ellos, los expertos señalan que, ante las dudas que surgen en las relaciones sentimentales, no podemos ponerle nombre continuamente a todo. “Etiquetar aquello que nos ocurre en nuestra vida cotidiana es una manera de distanciarnos de lo que sentimos. No se trata tanto de buscar respuestas fuera, sino de volver a confiar en nuestra voz interior”, explica la psicóloga Susana Ivorra. 

Durante los últimos años, las banderas rojas han entrado en nuestras conversaciones y en nuestras pantallas para avisarnos de quien deberíamos desconfiar. Pero, ¿puede que se nos esté yendo de las manos? La terapeuta cuenta que mucha gente llega preocupada a su consulta por esta cuestión, creyendo que no está llevando bien su relación de pareja. En este sentido, explica que “en las relaciones normalmente hay ambigüedades y contradicciones que se quieren despejar”. “Por eso, es mucho más sencillo hacerle caso a quien te dice A–B–C que a alguien que te dice que confíes en ti y no te da una respuesta rápida y concisa”, explica.  “Pero, claro, seguimos buscando las guías, que, además, al final no nos funcionan”, matiza.

Por otra parte, Ivorra destaca que, a veces, llamamos erróneamente relaciones tóxicas a relaciones que son de maltrato: “Cuando hay manipulaciones y usos de la información de la que disponemos sobre las vulnerabilidades de la pareja para usarla en su contra ya no podemos hablar de toxicidad”.

Según la Encuesta sobre relaciones sociales y afectivas pospandemia (III) del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicada en 2023, más del 75% de la población española tiene una relación de pareja en la actualidad. Pero, ¿cómo vivimos el amor hoy en día? Tras la superación de las normas que antiguamente proveía la religión, para los psicólogos hemos alcanzado un mayor grado de libertad para nuestras vidas que, a veces, no sabemos cómo manejar. Tras este importante cambio en nuestra cultura, en la escena han aparecido nuevos referentes, especialmente desde la psicología y la sexología, pero también toda esta serie de mitos sobre los que, para Ivorra, nos conviene “poner un poco de orden”.

Con motivo de reflexionar colectivamente sobre cómo afrontar nuestras ideas sobre el amor y nuestros miedos, el próximo 20 de abril tendrá lugar en CaixaForum Palma 'El Día del Amor', una jornada organizada por Susana Ivorra que contará con diferentes talleres, ponencias y actividades a cargo de profesionales de la psicología, la sexología, la divulgación y el humor como David Pareja, Mónica Galán, Nayara Malnero y Ana Lombardía.

“Nos encanta, por mucho que digamos que no, que nos digan lo que tenemos que hacer. Que nos den un protocolo y una guía para hacer absolutamente todo. Cuando nos sentimos libres, muchas veces nos paralizamos porque no sabemos escucharnos a nosotros mismos”, argumenta Nayara Malnero. “Aunque cada vez hay más gente tratando de conocerse mejor y generando vínculos de mayor calidad”, recuerda.

Nos encanta, por mucho que digamos que no, que nos digan lo que tenemos que hacer. Que nos den un protocolo y una guía para hacer absolutamente todo. Cuando nos sentimos libres, muchas veces nos paralizamos porque no sabemos escucharnos a nosotros mismos

Nayara Malnero Psicóloga

Pero, llegados a este punto, ¿cómo construir vínculos sanos y duraderos? La respuesta es que no hay una sola respuesta. Frente a los relatos del amor romántico, la superficialidad de la inmediatez y las fórmulas del coaching anti–conflicto, según las psicólogas, las personas se enfrentan al reto de lidiar individualmente con sus conflictos y aprender a guiarse por sus sensaciones sin caer en la excesiva racionalización de los problemas sentimentales.

Jugando a los cromos del liberalismo

El uso de las redes sociales y de las aplicaciones de citas para conocer nuevas personas también forman parte de la ecuación de las relaciones amorosas y sus dificultades. “Por lo general, nos conducen a evitar el conflicto. Dejamos la elección de nuestros vínculos en manos de un algoritmo que se aleja de cualquier fricción y diferencia, llevándonos al individualismo y al liberalismo emocional. De hecho, existen incluso aplicaciones destinadas para públicos concretos, como las personas religiosas o veganas”, nos cuenta Susana Ivorra.

En cuanto al lado oscuro de las aplicaciones de citas, las terapeutas también señalan la problemática de que estas herramientas pueden llevarnos a entender las relaciones como un bien de consumo más en nuestras vidas. Según Malnero, “nos lo tomamos como un juego, como si fueran unos cromos”. “Cada vez tenemos más metida en la cabeza la creencia de que cuantas más relaciones sexuales y sentimentales tengamos, mejor”, añade.

“Es absurdo tener que ponernos protocolos sobre cómo vivir nuestra vida íntima. Necesitamos mucha más educación sexoafectiva, en las aulas, en las casas y en los medios de comunicación pero, claro, todos los medios promueven el porno y el amor romántico. Tenemos mucha tarea a nivel social”, concluye la psicóloga.

Por lo general, las aplicaciones de citas nos conducen a evitar el conflicto. Dejamos la elección de nuestros vínculos en manos de un algoritmo que se aleja de cualquier fricción y diferencia, llevándonos al individualismo y al liberalismo emocional

Nayara Malnero Psicóloga

Asimismo, el amor en Internet no está exento de las dinámicas propias del machismo y el patriarcado que impregnan la sociedad. “Las aplicaciones de citas se han convertido en una discoteca de 6.000 plantas”. Así de contundente se muestra el actor y cómico David Pareja, que participa en las jornadas para aportar su mirada desde la revisión de las masculinidades tradicionales. 

Los nuevos gurús del amor

Pareja defiende que las relaciones requieren “mucha comunicación” donde poder mostrarnos tal y como somos: vulnerables, inseguros, con miedos. “La masculinidad tradicional nos dice que tenemos que tirar para adelante, que tenemos que tragar, los cual nos lleva a acabar explotando con la violencia y la rabia. Pero no se puede tener una relación sana desde la rabia, la violencia o el silencio”, comenta.

A través de su trabajo divulgativo, el actor enfrenta, desde el humor, los relatos de los coaches de la seducción masculina. Pero, ¿qué hay detrás de este fenómeno con tanta fuerza en las redes sociales entre los más jóvenes?  

Pareja reflexiona al respecto: “Nos encontramos con muchos factores. Por un lado, el cambio social que atravesamos movido por el feminismo que muchos hombres no entienden y les genera miedos, por otro lado, los medios de comunicación y los políticos que promueven el miedo al cambio y, finalmente, la exigencia inalcanzable por querer ser millonarios, estar buenísimos y triunfar en las redes sociales. En este contexto, aparecen estos gurús que, en lugar de hablar del capitalismo como un problema porque suena muy ambiguo, le echan la culpa de todo a las mujeres”.

Lo que está claro y puede ser buen punto de partida, según los expertos, es entender que todas las personas son seres interdependientes y que se necesitan los unos a los otros. Por lo tanto, es una responsabilidad social repensar colectivamente el amor para desmontarlo y, tras ese ejercicio, poder volver a creer en él desde otro lugar. Porque, tal y como concluye Malnero, “sin conexiones, sin intimidad afectiva, sin amigos y sin amor, los seres humanos nos morimos. La soledad mata más que cualquier otra enfermedad. Nos queda mucho trabajo por delante”.

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