Punto de autoestima

Punto de autoestima

Rioja2

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Punto para crecer. Un empate de los que ayudan a progresar, de los que sirven para ilusionar, de los que pueden marcar el paso definitivo para creer en las posibilidades. Con esa sensación hay que quedarse, con las tablas logradas ante el líder de la clasifación. Un Oviedo que llegaba a Las Gaunas pletórico -ahí está su magistral racha de 27 sobre 33 puntos conseguidos de manera consecutiva- y que se marcha habiendo tenido que esforzarse para sumar, que encontró dificultades para estar cómodo y que tuvo que apretar para buscar las cosquillas a un UD Logroñés muy serio en las labores defensivas.

El gran ambiente, además, ayudó a que se viviera una tarde de fútbol, de las que gustan a los aficionados; con un gran rival enfrente y sabiendo que se podía redondear la feana con el triunfo. El aficionado no se resigna, llega a su butaca, jalea, aplaude a rabiar, se desvive con los suyos y encima cree que su equipo puede sumar los 3 puntos. Eso ya es un paso respecto a otras campañas. Si encima comienza el choque y la UDL pisa campo ajeno con insistencia en los minutos iniciales, si ve como el líder está agazapado, no puede salir de su campo... la confianza de la grada y el convencimiento de que todo es posible con este equipo son reales.

Que Chevi anotara a los 10 minutos también ayudó. Una acción discutida y que en un primer momento estuvo en suspenso. El centrocampista se adentró en el área en diagonal desde el costado izquierdo, un defensor le sale al paso y Chevi quiere asistir a Joel Valencia, la fortuna hace que el balón le vuelva al madrileño tras tocar en David Fernández que bate a Esteban -pitado cada vez que entraba en acción- por el palo corto. Carrera para festejar el tanto hasta que el asistente, impertérrito, mantiene el banderín levantado. Algo pasa. El colegiado se acerca, intercambia opinión son su colega y parece anular el tanto, sin embargo, finalmente pita y señala el centro del campo. Gol. Un inicio idílico.

Alta presión

Pero los pupilos de Carlos Pouso, valientes por la ventaja, no bajaron su intensidad, su asfixiante presión. Con Joel Valencia -frenético en la ayuda, chispeante y con magia con el balón- y Miguel Santos en los costados y con Menudo como referencia, el Oviedo apenas podía sacar con limpieza el juego desde atrás. La precisión de los pases de los visitantes tenía que ser muy alta para no fallar y provocar que los riojanos se hicieran con el esférico. El desgaste en las acciones defensivas, sin embargo, hacía mella en la elaboración local. Jugar a un ritmo de alto voltaje provocaba que las imprecisiones fueran en aumento en los dos equipos, lo que generaba que el tiempo fuera pasando sin que sucediera nada. La mejor noticia para los blanquirrojos. La sucesión de interrupciones tampoco ayudó a que apareciera la fluidez, pero es que tampoco le interesaba al UD Logroñés.

Miguel, de hecho, sólo tuvo que estar atento en un par de acciones. Un tiro flojo de Héctor Font, que el capitán atrapó en dos tiempos, y un remate de Linares de cabeza que se fue desviado. Zubiri, práctico en el lateral, Moisés y Julio Rico, de inicio tras sus respectivas sanciones, y Sergio Martínez, muy activo por su perfil, se mostraban muy seguros. Una fiablidad de la que se contagió Jacobo Trigo, brillante en esa labor oscura, junto a Chevi y Muneta -menos participativo que en su debut y con más errores en la entrega de las deseadas-.

El descanso servía para recuperarse de los esfuerzos, pero también para que Sergio Egea tratara de solucionar los males del Oviedo. Al poner a Susaeta en acción, el cuadro azulón contó con mayor control, lo que obligó a recular a los riojanos. La presión ya no era tan arriba, lo que permitía que el juego se desarrollara en campo local. Erice, más suelto ahora, ayudaba para que el líder encontrara más líneas de pase. Cuestión que no impidió que el UD Logroñés mantuviera la entereza sabiendo replegarse, juntarse y evitando que hubiera líneas de pase en dirección a la portería propia.

Empate de Dioni

Además, los blanquirrojos estuvieron cerca del 2-0 en tres acciones consecutivas nada más reanudarse la contienda. Primero Joel Valencia hizo estirarse a Esteban con un buen tiro con efecto. Acto seguido Moisés, de cabeza, probaba de nuevo al veterano portero, que reaccionaba con una buena mano cuyo rechace le llegó a Menudo, quien, sin pensárselo, buscó portería donde se encontró el blocaje de Esteban. Fue como un oasis porque, a partir de entonces, tocó centrarse en continuar trabajando, a destajo, y corriendo infinidad de metros.

Pero había que aguantar mucho tiempo. Joel Valencia, aquejado del codo, dejaba su sitio a Titi, que estuvo más frío de lo que en él es habitual, como menos metido que cuando ejerce de titular. El Oviedo aprovechó para hacer daño por su costado zurdo, donde el gijonés no ayudaba tanto como Zubiri hubiera deseado. Por ese lado llegó el centro para que Linares rematara de cabeza, pero Miguel, bien colocado, demostró que estaba preparado para la ofensiva azulona. Minutos después fue Dioni el que estuvo cerca del empate tras un gran control dentro del área y posterior tiro raso que desvió el capitán blanquirrojo con una fantástica mano abajo.

Faltaba frescura en la contención y mientras Carlos Pouso manejaba una sustitución vino el gol de Dioni. Erice puso un buen balón entre los centrales al punto de penalti, Linares se tiró para asistir a Dioni y festejar las tablas con su animosa afición -lo que le llevó a ganarse una amarilla-. Con Ubis en el campo en detrimento de un Muneta sin fuelle, el UD Logroñés quiso agitar el choque. Lo consiguió convirtiendo el encuentro en idas y venidas, aunque sin que el conjunto local acabara de concretar ese último pase. Los espacios, ahora, eran mayores y el peligro del Oviedo estaba ahí. Sin embargo, el líder bajó los decibilios para dormir el partido, para que no pasara nada. Y eso sucedió, salvo un rebote en la pierna de Susaeta, tras un córner, que a punto estuvo de sorprender a Esteban.

Que Sergio Egea mandara realizar un cambio en el minuto 93 con un saque de esquina a favor habla de las intenciones de un líder falto de ambición tras empatar y que era consciente de que el Murcia había cedido en su casa ante el Coruxo. Un punto que da por muy válido el Oviedo y que tiene que servir para que el UD Logroñés crezca en su pelea por acabar entre los cuatro primeros a mediados de mayo. De momento, es tercero.

UD Logroñés: Miguel; Zubiri, Julio Rico, Moisés, Sergio Martínez; Jacobo Trigo; Joel Valencia (Titi, min. 57), Chevi (Abaroa min. 75), Muneta (Ubis, min. 68), Miguel Santos; y Menudo.

Oviedo: Esteban; Nacho López, Jonathan Vila, David Fernández, Dani Bautista; Jon Erice, Omgba (Susaeta, min. 46); Borja Valle, Héctor Font (Redondo, min. 93), Dioni (Sergio García, min. 82); y Linares.

Goles: 1-0, min. 10: Chevi. 1-1, min. 67: Dioni.

Árbitro: Óscar Herrero Arenas (colegio Aragonés). Amonestó a los locales Julio Rico (min. 47), Ubis (min. 76) y a los visitantes Jon Erice (min. 10), Omgba (min. 22), Dani Bautista (min. 60), David Fernández (min. 62), Dioni (min. 68) y Magunazelaia (min. 85).

Incidencias: 4.135 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador. Se guardó un minuto de silencio en homenaje a Andrés García 'Trejo', antiguo encargado del antiguo campo de Las Gaunas.

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