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Pase lo que pase, la educación debe ser completamente gratuita, incluso a nivel universitario“

Pase lo que pase, la educación debe ser completamente gratuita, incluso a nivel universitario"

Olivia García Pérez

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Paso lento y mirada tranquila. Al verlo, cuesta imaginar que esta persona es la máxima representante de las Naciones Unidas para supervisar, investigar y sugerir soluciones en todo lo relativo al Derecho de la Educación. A pesar de llevar veinte años viviendo en París, sus rasgos y el marcado acento hindú delatan su origen indio. En medio del bullicio de una cafetería universitaria, su voz suena tenue pero firme. Tiene la seguridad del que sabe que defiende algotan valioso como la educación universal, uno de los derechos fundamentales que debe asistir a cualquier niño, a cualquier persona. Esta semana, su intensa agenda le ha traído hasta La Rioja para impartir la conferencia inaugural del VII Encuentro de la Red Española de Aprendizaje-Servicio.

Cuando asociamos a la educación conceptos como apendizaje y servicio, ¿a qué nos estamos refiriendo?

Efectivamente pienso que uno de los mayores desafíos del mundo es asegurar una educación de calidad. Es una precupación para todos los países conseguir esa educación de calidd que a la vez sea útil, no sólo para la persona sino también para la sociedad. Ese fue el tema de mi aportación al Consejo de los Derechos del Hombre. Además, deben prevalecer por encima de todo los valores de los derechos del hombre y sobre todo, la misión más humanística de la educación. Sin olvidar el punto de vista del aprendizaje más adaptado a las necesidades de cada sociedad, de cada país y sus empresas. Por ejemplo, aquí en la Universidad de La Rioja he estado hablado de esa adaptación del aprendizaje al servicio de esas necesidades a lo largo de toda la vida de la persona. Por mi experiencia diría que la adquisición de competencias es fundamental de cara al futuro y al papel clave que deberá tener la educación, como una de las prioridades de la sociedad.

En España, como en todos los países del llamado 'Primer Mundo', dabamos por hecho que la educación universal era algo que ya teníamos superado. Sin embargo, la crisis que atravesamos ha desvelado un grave problema: hay familias que ni siquiera tienen medios para pagar los libros o el material escolar.

Creo que lo primero que hay que saber es que el derecho a la educación es un derecho universal establecido por la Convención de Naciones Unidas, el derecho a una educación de base, el derecho ineludible de todas las niñas y niños. Eso significa que, pase lo que pase, debe ser una eduación gratuita, esa es la clave, gratuita incluso a nivel universitario. En lo que hay que insistir hoy en día es en que la educación debe ser respetada de forma pública y gratuíta por el Estado. Precisamente, hoy en día observamos que hay muchos centros privados, incluso de educación básica, que hay que reglamentar bien sin que su existencia vaya en ningún caso, en detrimento de la educación pública. Lo que hay que comentar es la colaboración con las empresas privadas en materia educativa.

Hay ejemplos muy claros como Suiza, Alemania y Austria con un sistema dual que obliga a la educación en dos fases, en la escuela y en las empresas, institucionalizado desde el gobierno pero en colaboración de esas empresas que ofrecen el complemento perfecto a la formación. Pero en todo caso, la responsabilidad debe ser del Estado.

Me da la impresión de que en España aun queda un largo camino por recorrer hasta llegar a ese idílico sistema dual que compagina a la perfección la educación en los centros y la formación en las empresas.

En España se ha adaptado la legislación para prever un sistema de evalución en cada etapa para establecer qué alumnos son válidos para ese sistema educativo. Evidentemente, queda mucho por hacer para instaurar un sistema en el que se de una colaboración realmente fructífera entre las empresas y el sistema educativo. Pero aun así, eso no es suficiente. Yo siempre insisto en la prioridad que se debe dar a los Derechos del Hombre, centrarse en la calidad de la educación.

A menudo hablamos de resultados, como los que nos desvela el informe PISA, para ver si los alumnos son o no aptos. Sin embargo, no se da tanta importancia a esa faceta humana y social que debe tener la educación.

Efectivamente, es precisamente esa mi preocupación y así lo trasladé a la Asamblea de los Derechos del Hombre en 2012. Cálculo, Matemáticas, Idiomas... Eso no es suficiente. Lo que hay que hacer es asegurar la obligación de los gobiernos de ir más allá de esos conocimientos y dar mayor importancia a los valores como los derechos del hombre, el respeto a las personas, el respeto a las tradiciones, educación artística... un concepto más amplio de la educacíon. Si no la educación se convierte en algo que es casi como un negocio, lo que hay que evitar a toda costa. Esa fue mi aportación al Consejo de los Derechos del Hombre. Hay que dar importancia a las materias pero también a los valores humanos y a la misión de la educación como bien público, como servicio social.

Existe también una influencia política en la educación. En España resultan habituales los cambios en las leyes que establecen los planes educativos en función de quién esté en el gobierno. ¿Cómo afecta eso a la sociedad?

Quiero precisar que no estoy aquí para valorar las políticas de este país en materia educativa. En todo caso, diré que hay en primer lugar unos valores universales (educación por la paz, respeto, derechos fundamentales...) que son válidos tanto para España como para cualquier país, sea quien sea el que gobierne. Y eso debe respetarse por encima de todo. Al lado de esto hay prioridades de desarrollo ncional en función de cada país y por eso cada uno tiene libertad para establecer si quieren progresar en uno u otro aspecto, en función incluso de las empresas o la economía que tienen. Pero siempre el gobierno deberá respetar el valor de la educación para el desarrollo de una sociedad de valores como algo prioritario.

Más allá de la economía, ¿es también la educación la que marca una línea divisoria entre unas sociedades y otras?

Hay un elemento de universalidad en el derecho a la educación que hay que respetar en todo el mundo, sea cual sea la situación del país. Por desgracia, hoy en día constatamos que hay una gran disparidad en materia educativa y se debe a la desigualdad creciente que hay en el mundo. Por ejemplo, un 1% de la población mundial tiene más del 80% de la riqueza mundia, ¿cómo vamos a imaginar que la educación es igualitaria en esas condiciones? Por eso hay que trabajar más aun en algunos lugares para que la educación siga siendo un bien público prioritario. También hay que vigilar que se regule bien todo lo privado para que la educación sea respetada como algo universal, público y gratuíto y no un bien con el que negociar.

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