No puedo vivir sin ti

No puedo vivir sin ti

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Sin tener claro si este jueves nos encontrábamos en el veranillo de San Martín o de San Miguel, comenzó una nueva sesión plenaria en el Parlamento de La Rioja con tintes de eyaculación precoz. Las preguntas al presidente, siempre al comienzo, eclipsan al resto. En esta ocasión sólo tenía dos y una era para lucimiento personal, aunque en un principio eran tres. A los diputados del Partido Riojano (PR+) se les dijo que la suya no entraba. Ceniceros activó el ojo de halcón: NO GOAL. Se pusieron entonces Miguel González de Legarra y Rubén Gil Trincado un pañuelo en la boca en señal de protesta y, cuando terminó Sanz de responder las cuestiones planteadas por el PP y el PSOE, salieron detrás de él como flechas.

Parecía el patio del colegio. “¡Hay pelea! ¡Hay pelea!”. Los cámaras buscaron la imagen y los redactores la noticia, pero al aparecer por el pasillo se encontraron con la nada. Sanz había desaparecido y los regionalistas se encontraban en su despacho. Aparecieron más tarde, ya con el pañuelo a la altura del cuello. En ese momento no se sabía si venían de protestar, de fiesta o de una mariscada. Dijeron entonces que el presidente se había marchado del Pleno para no contestar a su pregunta, que versaba sobre la opinión que le merecen las decisiones que permitieron que Hekania y LMB pudieran alquilar un edificio a Viamed para instalar la clínica Valvanera.

Los socialistas, por su parte, señalaron que la marcha del jefe del Ejecutivo regional se debía a que no quería asistir al intercambio de declaraciones sobre su ex alcalde de San Torcuato, condenado esta misma semana por malversación de caudales públicos. Ninguno lo quiere, pero todos lo echan de menos cuando no está. Lo necesitan. La oposición riojana podría ser Coque Malla en el anuncio de Ikea: “Me dijiste que te irías, pero llevas en mi casa toda la vida. Sé que no te irás. Has colgado tu bandera, traspasado la frontera. Eres la reina. Siempre reinarás. No puedo vivir sin ti. No hay manera”.

Antes del escapismo de Houdini, el portavoz del PSOE, Pablo Rubio, y Sanz tuvieron su particular disputa de todos los plenos. Ganó el presidente, como casi siempre. El tema elegido fue la crisis del ébola. El máximo dirigente riojano reconoció que siempre se pueden hacer mejor las cosas, pero que la cosa estaba encauzada. El remate lo pegó cuando le dijo al socialista que utilizaba el virus como un arma política y que, además de la epidemia surgida en África, había otra de mezquindad y miseria. “Si usted se hace la prueba, dará positivo”.

El otro momento destacado de la tarde fue la aparición de Francisco Javier Rodríguez Peña con su camisa de cuadros de colores imposibles de encontrar en el Paint. “Muy al límite”, comentó una fotógrafa. Corbata oscura y traje gris. Interceptado cuando iba hacia el baño y preguntado por su atuendo, confesó que se había levantado y, al estar en el ropero, había decidido “romper con todo”. “Si estoy rompedor. Puedes ponerlo”. Tanto lo estaba que Ceniceros tuvo que llamarle la atención dos veces.

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