La agricultura y ganadería en La Rioja son cosas de familia

La agricultura y ganadería en La Rioja son cosas de familia

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El 90,2% de los jóvenes agricultores y ganaderos que vive en La Rioja media y Alta (224 jóvenes encuestados de los 117 municipios de los territorios de CEIP y ADRA) asegura haber contado con infraestructuras facilitadas por su familia para el inicio de su actividad.

En la misma línea, el 92% considera fundamental el apoyo de su familia (padres) para su instalación como agricultor. Le sigue el papel que puede desempeñar una organización agraria (el 54,9% de los encuestados valora su importancia) o la Consejería de Agricultura (49,1%).

Consultados por la satisfacción con que ejercen su actividad, el 90% asegura estar satisfecho (46,8%) o muy satisfecho (43,8 %) con su actividad y entre las razones destaca, muy a distancia del resto, con un 61%, la independencia; seguido de su desarrollo personal (15%); la conciliación de la vida laboral y familiar (6,4%); y los ingresos y la rentabilidad (5,9%).

Asimismo, un 53 %considera alto o muy alto su nivel de ingresos, un 25,6% lo cree medio y el resto, bajo o muy bajo.

Estos datos corresponden a la encuesta realizada durante los meses de junio y julio, dentro del proyecto de cooperación 'Análisis de la situación de los jóvenes en las zonas de territorio LEADER Ceip-Adra: Dinamización del colectivo y fomento de la actividad agraria' que persigue estudiar a la población joven de entre 17 y 40 años que reside en los municipios riojanos, para plantear acciones que generen actividad económica y empleo en el medio rural.

El proyecto se enmarca en el enfoque Leader, que está subvencionado por el Feader, a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, y está previsto que se realice durante este año.

Motivos para quedarse en el campo

Mayoritariamente (45,5 por ciento) apuestan por continuar una tradición familiar, aunque otros jóvenes agricultores escogen el campo como opción personal (25,4 por ciento), también como garantía de independencia (10,4 por ciento) o por la estabilidad laboral que les proporciona (9,5 por ciento).

Respecto a la valoración de las barreras que se encontraron a la hora de instalarse como jóvenes agricultores o ganaderos, la más reiterada es la barrera del margen de beneficios (78,5 por ciento), seguida de la normativa (71,5 por ciento).

La inversión para el establecimiento (65,2 por ciento), las dificultades para ampliar una explotación (59,2 por ciento), las infraestructuras (58,7 por ciento) o la actividad de jubilados que no se retiran (52 por ciento) son el resto de problemas detectados en el campo por la gran mayoría de profesionales agrícolas.

Perfil de los jóvenes agricultores y ganaderos

El 94,2 por ciento de los encuestados han sido hombres. El 73 por ciento tiene entre 31 y 40 años y su promedio de edad es de 33 años. El 90 por ciento reside en el municipio donde tiene su explotación. El 55,4 por ciento está soltero y el 34,4 por ciento vive todavía con sus padres.

Respecto al nivel de estudios, el 48 por ciento ha cursado estudios de grado medio o superior y el 20 por ciento posee conocimientos específicos de la actividad agraria. El 86,6 por ciento, además, asegura haber participado en algún curso de formación (jornadas, charlas, etc) en los últimos cinco años, si bien, la mayoría lo han hecho en áreas de obligado cumplimiento (manipulador de fitosanitarios y prevención de riegos).

Perfil profesional

Respecto a la incorporación a la actividad agraria, la media de incorporación es de 23 años, y más de un 90 por ciento asegura que ha contado con infraestructuras (tierras, ganado, tractores, aperos, etc) facilitadas por la familia.

El mismo porcentaje (un 90 por ciento) es autónomo agrario y, respecto a la titularidad de la explotación, un 56,7 por ciento de los encuestados afirma ser el único titular, mientras que el resto comparte la titularidad principalmente con sus padres y/ o hermanos.

En cuanto a la contratación de trabajadores para la explotación, el 73,2 por ciento asegura contratar en las épocas de más trabajo, frente a un 7 por ciento, que cuenta con trabajadores fijos y un 18,3 por ciento que no contrata.

Consultados por el tipo de comercialización que realizan de sus productos, el 36,9 por ciento vende a cooperativas o es cooperativista, el 45 por ciento vende a industrias y/o mayoristas, un 5,7 por ciento a minoristas y sólo un 9,8 por ciento vende directamente al consumidor.

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