“Todo el Bernabéu me gritó ¡torero, torero! más de tres minutos”

Equipos como el Club Deportivo Logroñés no pasan al recuerdo por sus hazañas sino por su lugar en la historia en un momento determinado. El 10 de abril de 1988 estaba en el Bernabéu. Hacía sol. Sobre el césped había un tal Hugo Sánchez, un delantero mexicano que tenía la destreza suficiente para convertir en gol (casi) todo lo que pasaba por sus botas. Se dice pronto. Un recién ascendido visitaba el siempre temido templo blanco y lo normal era una sonrojante derrota (el partido acabó 2-0), pero lo que nadie esperaba era asistir a una de las más bellas acrobacias vistas sobre un campo de fútbol: la chilena imposible, el tijeretazo inmortal.

Centró Rafa Martín Vázquez desde el costado izquierdo de Chamartín como quien manda una carta y pone hasta el Código Postal. Nombre: Hugo. Apellidos: Sánchez Márquez. Dirección: Avenida de Concha Espina, 1. Área: Visitante. Ciudad: Madrid. A más de dos metros de altura (según las mediciones de un periodista japonés) recibió el envío el delantero. Se impulsó con la pierna derecha, de espaldas a la portería, y la reventó con la izquierda. Directa a la escuadra y a la memoria de cualquier aficionado al fútbol. Señor Gol, como la mascota blanquirroja. Indescriptible por muchas hojas que se intenten mancillar explicando la jugada. Hasta el portero que había recibido el trayazo, Pérez, le felicitó. El árbitro Brito Arceo también: “Gracias por ser testigo del mejor gol del mundo”. Una de esas historias que contar a los nietos.

“Fue de los momentos más bonitos de mi carrera como futbolista porque jamás un estadio había recibido un gol así, fueron casi tres minutos con los pañuelos sacados en el Bernabéu, tres minutos de toda la grada aplaudiendo y gritándome ¡torero, torero! La verdad es que cuando el público me 'clamoreó', como decimos en mi país, me sentí como un torero en la Monumental de México, aunque nunca había pisado ese albero. Esos instantes no se pueden olvidar, fueron algo maravilloso que me gusta recordar”, relataba Hugo Sánchez en una entrevista en Diario AS hace unos años.