Un corto de dibujos animados ilustra la historia de las brujas de Zugarramurdi

Agencias

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Un corto de dibujos animados, 'Akerbeltz: las brujas y el inquisidor', obra de los hermanos Ángel y César Urbina, recrea “como un cuento, como lo vería un niño” el Auto de Fe de 1610 de la Inquisición en Logroño, más conocido como de las brujas de Zugarramurdi.

En el corto, que se estrenará oficialmente este viernes, a partir de las 21 horas, en el Auditorio del Ayuntamiento de Logroño, y el sábado, en Zugarramurdi, han colaborado el Consistorio logroñés, los Gobiernos de La Rioja y de Navarra, y el Ministerio de Cultura.

El alcalde de Logroño, Tomás Santos, y el director general de Cultura, Javier García Turza, han presentado esta mañana en el Cubo del Revellín el cortometraje, de 7 minutos, junto con sus autores, que se han mostrado “muy satisfechos porque este momento culmina más de dos años de trabajo”.

'Akerbeltz: las brujas y el inquisidor' comienza cuando desde la lóbrega mazmorra de la cárcel del Santo Oficio de Logroño, repleta de reos acusados de brujería, se eleva un cántico mágico que escapa por entre los barrotes. Esa llamada desesperada atraviesa valles y montañas y llega hasta la pequeña aldea de Zugarramurdi.

Las envidias y mezquindades de sus vecinos, las torturas inimaginables bajo las que se acababa confesando cualquier crimen, han sentenciado a arder en la hoguera un modo de vida que adora y respeta la naturaleza y que no encuentra su espacio en la nueva sociedad que la inquisición pretende imponer.

Un niño se despierta sobresaltado en mitad de la noche, comprendiendo que se acaba el tiempo para salvar a las mujeres que han cuidado de él con infinito amor.

En la cueva, donde las brujas celebraban sus “akelarres”, cantando, danzando y adorando a Akerbeltz, el niño invoca a todas las fuerzas de la naturaleza para que le ayuden a rescatar a estas mujeres de su incierto destino. Comienza un viaje contra el tiempo por salvar, no solo a las mujeres, sino también a un mundo que parece tocar a su fin.

Para el director del corto, César Urbina, “se trata de dar una óptica desde un punto de vista infantil a unos hechos dramáticos, y muy desconocidos en realidad”, pero contando la historia “no como un documental, porque es una historia muy dura, sino como un cuento, así es más fácil”.

En la realización de la cinta han trabajado un total de 20 profesionales, desde músicos hasta animadores e ilustradores. “Se ha usado una técnica muy artesanal, de dibujos a mano con acuarelas, que luego se han escaneado y sobre los que se han usado técnicas de animación audiovisual”.

Tras el estreno en Logroño y en Zugarramurdi, está ya comprometida la proyección en el Círculo de Bellas de Madrid, “y también en unos 300 festivales de animación por todo el mundo, porque lo que siempre hemos querido es la máxima difusión de nuestro trabajo, desde aquí hasta Los Angeles”.

Incluso, se tiene apalabrada con una editorial la publicación posible de un libro-cuento “con la precuela del corto, lo que ocurre antes de que se inicie nuestra historia, para no repetir”. Para la proyección de mañana, además, se ha previsto “alguna sorpresa”, que correrá a cargo de Sapo Producciones

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