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“Se han podido equivocar, pero rectificar siempre es de sabios”

Rioja2

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Alicia Capilla es la Vicepresidenta de la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma Humano . Su hija comenzó a convulsionar diez minutos después de ser vacunada. Desde entonces lucha porque se reconozca la enfermedad que tiene su hija y porque se investiguen los motivos que la han llevado a estar así. Alicia no está sola, veinte niñas son las que están asociadas a esta entidad, todas con síntomas parecidos y todas unidas por un solo objetivo: descubrir la solución para sus males.

“Lo que hacemos es intentar luchar porque se curen las niñas y después porque se reconozca que son efectos por la vacuna porque todas las niñas que se han vacunado eran niñas sanas antes de vacunarse y a raíz de esto empezaron con unos síntomas muy parecidos. Son problemas neurológicos en un 90 por ciento. No hay ninguna prueba a nivel objetivo sin embargo son los mismos síntomas para todas ellas”, afirma Alicia.

“Fíjate la hipocresía que hay en este tema, en el prospecto de la vacuna en EEUU está reconocido que la vacuna puede producir movimientos parecidos a las convulsiones que no son epilépticas. La consejería de Valencia de Sanidad nos mandó una carta diciendo que sólo producía dolores en el lugar del pinchazo. Mientras mi hija está ingresada, vuelven a mandar una carta a los padres diciéndoles que la vacuna puede producir movimientos parecidos a convulsiones y se enfatiza que no son epilépticas.

Por una parte está el reconocimiento de Sanidad en la ficha técnica de que existen estos síntomas, sin embargo cuando acudimos a los hospitales nadie quiere reconocer que es por la vacuna. La única respuesta que hemos tenido es que hay 508 notificaciones a fecha de septiembre de 2009. Queríamos que se formase un panel de neurólogos para que estudiasen los síntomas que tenían las niñas a ver qué estaba pasando. No lo hemos conseguido, nos hemos tenido que estar buscando la vida, buscando neurólogos, médicos de medicina alternativa para que las niñas se curaran“, reivindica.

“Nuestra rabia, nuestra impotencia y nuestra desolación es ver que nosotros hemos confiado en la Sanidad cuando nos dijeron que vacunásemos a nuestras hijas porque era una vacuna eficaz, segura y llegado el momento de que se interesaran por las niñas no lo han hecho. Tenían que haber estudiado qué es lo que realmente está pasando con estas niñas. Si son los mismos síntomas los que tienen las niñas, si estaban sanas y esto ocurre después de ponerles la vacuna no hay más explicación”.

“Los expertos dicen que al ser un porcentaje tan mínimo, la vacuna sigue siendo eficaz. Evidentemente es un bajo porcentaje, pero no lo puedes dejar de lado ni puedes negar la evidencia. Es una vacuna nueva, reciente, que todavía no está totalmente experimentada y que se está experimentando con las crías. A lo mejor pasan años para que se reconozcan estos síntomas”.

“Muchas veces como se les remite a psiquiatría los padres no saben exactamente qué es lo que pasa y no lo asocian. Hay niñas que empiezan con síntomas al mes, porque el efecto no tiene por qué ser inmediato. En la ficha está reconocido que puede pasar un tiempo antes de que aparezcan los síntomas.

Yo creo que lo inteligente hubiese sido reconocer el error, decir que es posible y formar un panel de expertos que estudiasen el caso de todas las niñas y pusiesen soluciones, no que tengamos que buscarnos nosotros la vida. Se han podido equivocar, pero rectificar siempre es de sabios“, sentencia Alicia Capilla.

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