Jarabe de cuentos

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La asociación Hospital Imaginario de La Rioja, nacida hace ya 12 años, se dedica a hacer más llevadera la estancia en el Hospital San Pedro de los niños ingresados en pediatría a través de la labor lúdica desarrollada por sus voluntarios.

Su función no es otra que favorecer la recuperación de estos niños a base de sonrisas, o al menos, facilitar el trance por el que sin duda alguna los pequeños beneficiarios de esta agrupación están pasando al tener que reducir su espacio de juego, descanso, etc. a una habitación de hospital.

Según las palabras de los responsables de Hospital Imaginario, todos sus esfuerzos se centran en aliviar el sufrimiento de los niños hospitalizados mediante una actividad comunicativa y afectiva, satisfacer las necesidades comunicativas del niño, crear un ambiente próximo al mundo vivencial del mismo, evitar el aislamiento del pequeño en el hospital, mejorar el estado emocional de los niños hospitalizados y desdramatizar su situación, todo ello con el cuento como elemento central de atención lúdica y terapéutica.

Las acciones que dan razón de ser a la asociación, es decir, la propia atención a los niños, es llevada a cabo por personal voluntario que se organiza para cubrir todos los turnos a los que el Hospital Imaginario se ha comprometido con el Hospital San Pedro. Los lunes y los miércoles, este

grupo de personas movidas por un impulso meramente altruista, se acerca habitación por habitación, siempre con el consentimiento de las familia, a contar cuentos en horario de 17:30 a 18:30 horas. Esta actividad se completa con la dramatización del cuento así como con la creación de un objeto relacionado con la historia para cada niño, ya sea hecho con globos o con cualquier otro material lúdico.

Los martes y jueves estos voluntarios repiten la ronda acercando a los más pequeños el “carrito de los cuentos” para que éstos siempre tengan a mano un entretenimiento que aligere su estancia hospitalaria.

Durante el primer semestre de 2010, concretamente hasta el 21 de junio, Hospital Imaginario realizó 49 sesiones de cuentacuentos durante las que se atendió a un total de 451 niños de los cuales el 80% eran niños ingresados, y el resto, menores que acompañaban y/o visitaban a los niños hospitalizados en el momento de las actuaciones.

Aunque el Hospital San Pedro ha cedido una sala donde la asociación guarda su material, se reúne y organiza, habilitada para realizar las actividades, por la situación de los beneficiarios de las mismas, el 90% se realizan directamente en las habitaciones.

Por su parte, el carrito de los cuentos, ha paseado por el San Pedro en este mismo periodo, 48 ocasiones. 48 tardes en las que los voluntarios han prestado libros, cuentos y tebeos a todos los niños hospitalizados que así lo han solicitado. En total, 279 niños, y 720 libros.

No sólo la labor de los voluntarios, sino la aportación de los socios y diversas subvenciones hacen posible que esta agrupación siga adelante.

Una experiencia personal

Vanesa García es voluntaria de la Asociación Hospital Imaginario desde hace ya un año y medio y según explica, este tipo de actividades pueden llegar a resultar sumamente satisfactorias a pesar de su dureza.

No sólo para aprender cómo llevar a cabo la actividad propia de la asociación, sino para aprender a enfrentarse a situaciones a menudo complicadas por el propio estado de los niños hospitalizados, la formación de las personas que desempeñan esta tarea resulta fundamental.

Según explica Vanesa, ésta no se limita al comienzo de sus actividades con los niños, sino que por la buena marcha de su labor como voluntarios, reciclan continuamente sus habilidades y conocimientos al respecto.

Vanesa, que es además voluntaria en Cáritas y en el Albergue de Peregrinos, explica que escogió al Hospital Imaginario como uno de sus espacios para desarrollarse como voluntaria, además de por lo satisfactorio que es el trabajo con los más pequeños, por la relación que esta labor tiene con su trabajo como psicóloga en el ámbito profesional.

Como profesional de la psicología, Vanesa afirma que a lo largo de la actividad, es evidente el cambio que se produce en la expresión y en el estado de ánimo de estos niños, a pesar de la perceptible tristeza que en un primer momento pueden llegar a transmitir, y es que como ella dice, ''la alegría y la sonrisa son la mejor terapia''.

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