Guerra contra las colillas

Guerra contra las colillas

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Son la principal fuente de basura mundial y tardan en descomponerse entre 8 y 12 años. La concienciación cada vez más extendida de gestionar bien los residuos, parece que no llega a los fumadores. Cada año se tiran en el mundo 4,5 millones de colillas en calles, bosques, caminos, ríos y mares.

Ante esta situación, empiezan a generarse iniciativas que buscan concienciar y limpiar a partes iguales. En Navarra ha surgido el movimiento 'No más colillas en el suelo' con el objetivo de recoger un millón de cigarros. Recuerdan que evitar esta lacra es tan fácil como llevar un envase a cualquier sitio que vayamos para dejar los cigarros.

En otros municipios, principalmente en la costa, están apareciendo iniciativas privadas de establecimientos hosteleros que ofrecen una cerveza a cambio de un vaso lleno de colillas. En La Rioja también hay un municipio que ya ha tomado conciencia con este grave problema. Calahorra ha puesto en marcha una campaña pionera en este sentido. Dentro de todo un plan de limpieza y concienciación, el pasado mes de mayo el Ayuntamiento trató de poner el acento en esta realidad y los riesgos que entraña.

Para ello, comenzaron a señalizar de forma llamativa las colillas que se encontraban en el suelo, adquirieron papeleras específicas para colillas y cigarrillos y distribuyeron carteles informativos por los estancos de la localidad.

En Logroño no se ha realizado hasta el momento ninguna campaña al respecto y, según ha podido saber Rioja2, tampoco se ha considerado hasta ahora un problema significativo por parte de la concejalía de Medio Ambiente, por lo que no se prevé ninguna acción específica para combatirlo. En diciembre de 2015 Cambia Logroño llevó al Pleno una moción relativa al mobiliario público en la que se planteaba, entre otras cosas, la necesidad de colocar en Logroño papeleras con cenicero. La moción fue aprobada pero no se ha llevado todavía a ejecución.

A nivel nacional, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ya ha lanzado la voz de alerta y ha lanzado algunas ideas para acabar con este problema. Proponen, entre otras cosas, colocar etiquetas en las cajetillas alertando de estos riesgos, hacer colillas retornables, habilitar depósitos para reciclarlas o implantar tasas específicas de basura o poner multas como ya están haciendo algunos ayuntamientos como el de París.

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