Los danzadores de Anguiano danzan en honor de la Magdalena

Anguiano se viste de tiros largos. Se celebran las fiestas de la Magdalena y, como manda la tradición, los danzadores entran en acción. Las fiestas comenzaron oficialmente el viernes con el pregón y el chupinazo y, ese mismo día, a las 20.00 horas, los danzadores se lanzaron cuesta abajo.

La ceremonia no varía de un año para otro. Los ocho danzadores, pausados, concienzudos, afianzan sus zancos a las piernas. Tras ello se ponen en pie y se disponen frente a la puerta de la iglesia en dos filas de a cuatro. Con la mirada puesta en el pórtico de la iglesia, donde se encuentra la imagen de la santa que da nombre a las fiestas, esperan al tamborileo de los músicos para lanzarse por la famosa cuesta empedrada de los danzadores.

Dicen los expertos del pueblo que la forma de bajar la cuesta depende de la experiencia y de la aglomeración de público: “Hay quien baja como una flecha y también quien desciende pausado, incluso el que a voluntad controla los dos estilos. Sin embargo, lo tradicional es la bajada a pulso con los giros y las castañuelas a ritmo de tamboril”.

Los danzadores se lanzaron el sábado en dos ocasiones: en jornada matutina, al término de la procesión y misa del mediodía, y en jornada vespertina, a las 20.00 horas. El domingo danzaron en horarios similares dos veces más, las dos últimas veces de las fiestas de la Magdalena. Así se despidieron hasta septiembre, hasta las fiestas de Acción de Gracias.