Rapaces para acabar con la plaga de topillos

Los topillos, y también los topos y los lirones, no son bien recibidos por los agricultores. Se comen las raíces de los árboles, especialmente de los frutales, hasta que acaban secándose. Al tener menos alimento, los árboles crecen con dificultad y finalmente mueren. Como viene siendo habitual, este año se han vuelto a cebar con los campos de La Rioja Baja, especialmente con Quel. Un proyecto de la consejería de Agricultura está colocando cajas nido para atraer a sus enemigos naturales, las aves rapaces.

Se trata de un sistema completamente natural. Se instalan lugares de nidificación para que aves como las lechuzas o los cernícalos se establezcan en la zona y ahuyenten o acaben con los topillos. Todo ello evitando el uso de venenos. Así, se han instalado en el municipio riojabajeño dos nidos de lechuza y siete de cernícalo y durante este año se continuará con el seguimiento y evolución de los nidos.

El proyecto está siendo coordinado desde la sección de Protección de Cultivos del Gobierno de La Rioja y Odia Consultores Ambientales, la empresa encargada de desarrollarlo. Previamente, se ha estudiado la población de roedores existente, para instalar unas cajas nidos determinadas que sirvan para “atraer las aves que interesan que se coman esta plaga en concreto”, como indica uno de los responsables del proyecto, Jorge López-Davalillo.

También se han estudiado los mejores sitios para colocar estas cajas y el número adecuado de ellas. “Cada caja nido puede acoger un ave rapaz o una pareja, que tienen influencia en una zona muy amplia, por lo que no es necesario colocar muchos nidos”.

López-Davalillo ha apuntado a la disminución en el número de aves y de culebras como una de las causas de este repunte de topillos. “Si el agricultor echa veneno, corta la cadena alimentaria, desaparecen poblaciones y eso condiciona la aparición de roedores”.