¿Estás preparado para iniciar el camino hacia la casa de tus sueños?

Nadie dijo que comprar una casa fuera tarea fácil. En primer lugar, el camino hasta tomar la decisión de adquirir una vivienda es largo. Llegados a este punto, las inseguridades no hacen sino crecer. ¿En qué fijarnos para comparar un inmueble con otro? ¿Cuáles son los trámites a seguir? ¿Cómo financiar adecuadamente la compra? Estas son algunas de las preguntas más habituales que se plantea el interesado. A continuación reflexionaremos sobre estos y otros puntos y nos atreveremos a sugerir un par de recomendaciones.

Por un lado, es fundamental conocer nuestro presupuesto máximo. Este no se limita al precio del inmueble, ya que deberemos contar también con los gastos de gestión y con el 20% aproximado de entrada para la vivienda. Además, tal y como recuerda el blog de la inmobiliaria Haya Real Estate, “se recomienda generalmente que la mensualidad ideal a pagar no supere el 30% del total, pero la realidad actual hace recomendable que este porcentaje sea algo menor del 25%”. En este sentido, el tipo de financiación adquiere una relevancia vital.

Debemos agradecer el repunte discreto de los préstamos y la mejora de condiciones de los mismos, síntomas de la actual recuperación del mercado inmobiliario. No obstante, aunque el tipo de interés sea bajo, se antoja oportuno tener en cuenta el total de comisiones. Igualmente, conviene tener presente que las entidades bancarias suelen financiar como máximo el 80% del precio total de la vivienda. Ante esto encontramos ciertas excepciones que conceden financiaciones del 100% con préstamos hipotecarios a medida.

Una vez resuelto el tema del presupuesto es hora de consultar distintos portales inmobiliarios. Encontramos portales de búsqueda especializados como Mil Anuncios, Vibbo e Idealista, entre otros. La ventaja tanto de unos como de otros es que disponen de útiles motores de búsqueda por criterios (precio, dimensiones, localización, etc.), así como de interesantes ofertas y promociones que se actualizan constantemente.

Una vez localizadas las mejores oportunidades, la comparación pasa por poner sobre la balanza nuestras prioridades personales: cercanía de familiares y amigos, servicios próximos y de calidad, futuros planes urbanísticos… Aunque tampoco podemos olvidar las características específicas de la vivienda: sus suministros energéticos, orientación, calidad de acabados, su espacio y distribución, etcétera.

El siguiente paso es visitar la vivienda y, en caso de que encaje con lo deseado, presentar la oferta que se considere oportuna (según las estadísticas, los descuentos que solicitan los potenciales compradores están entre el 10 y el 30%). Una vez acordado el trámite, quedaría firmar el contrato de arras, en el que se entrega una cantidad de dinero con vistas a formalizar el contrato definitivo en los siguientes 30 días.

Recomendamos también prestar atención a la escritura, en la cual se recoge la descripción de la vivienda, sus cargas, el precio y la forma de pago. Por último, recordamos algunos de los gastos adicionales: el IVA (para vivienda nueva) o el ITP (para inmuebles de segunda mano), los gastos notariales y los de inscripción en el registro de la propiedad, entre otros.