La solidez del triunfo cambia las sensaciones

La solidez del triunfo cambia las sensaciones

Rioja2

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Levantarse y seguir el camino. Así es esta Unión Deportiva Logroñés. Que atraviesa por un bache de juego, tira efectividad para ganar en Pontevedra. Que viene de ceder en Las Gaunas ante el Somozas con un juego poco fluido, se hace fuerte, se mentaliza, apuesta por la solidez defensiva, saca provecho de un error -hay que estar ahí en la presión- y doblega al Valladolid B en los anexos del José Zorrilla, un fuedo en el que ningún visitante había sumado los 3 puntos de una tacada.

Es lo que tiene el fútbol, que lo que sucede un domingo puede cambiar al siguiente. De momento, esta UDL está sabiendo cómo reaccionar cuando las cosas no marchan tan bien. Este bloque, sin prisas, con tranquilidad, sigue confiando en su trabajo, en darlo todo sobre el campo y en recoger los frutos de ese esfuerzo. Porque en tierras pucelanas había que mostrarse como un equipo sólido, contundente atrás y resolutivo en ataque. Carlos Pouso lo sabía y apostó por un doble pivote más solidario a la hora de hacer las ayudas, de estar atento a las segundas jugadas. Con Jacobo y Adrián León en la medular, la creación pasaba por Chevi, más liberado en tareas defensivas que en otras citas.

Con Pere Milla y Titi en los costados, Carlos Fernández fue ese delantero referente para un campo en el que el juego directo iba a ser más evidente, donde la presión alta -como se demostró durante la primera mitad- resultó clave para entender el triunfo visitante. Así llegó el tanto que decantó la balanza. Atosigando a un filial al que le gusta tener la iniciativa, pero que se encontró con un oponente que no dudó en impedir la salida limpia del balón. Así puede entenderse que Carlos Fernández presionara hasta el punto de que un mal pase y un mal control se convirtieran en un despeje del portero -el juvenil Sergio- en el que el delantero ejerció de frontón para empujar la pelota a la red.

Miguel y Carlos Fernández, protagonistas

Apenas habían pasado 10 minutos de un partido en el que el error se podía pagar caro, así fue. El UD Logroñés no titubeó para hacerse fuerte desde atrás, presionar lo más arriba posible y buscar el fallo del Valladolid B. Con Titi como una de las vías preferentes de ataque, junto a Carlos Fernández, al que se buscaba descaradamente para a partir de ahí pisar campo ajeno, los blanquirrojos impedían que el juego de los locales luciera.

Duelo trabado, feo para el espectador, pero de mucho curro y máxima concentración. No en vano, sólo en las acciones a balón parado se intuía cierto peligro para el capitán blanquirrojo. Porque Miguel, una vez más, volvió a demostrar que sus intervenciones dan crédito a esta UDL. Excepto un tiro de Toni, al poste, tras una falta lateral, el meta riojano desbarató los intentos pucelanos. A mano cambiada, como en un tiro lejano desde fuera del área, o con el cuerpo, como hizo en un remate tras un córner en el minuto 90. A Miguel le da igual, el caso es volver a cerrar su portería.

Y esta última acción, con la incertidumbre por el resultado, fue tal porque previamente el cuadro riojano no certificó el triunfo. Ocasiones tuvo para no pasar los apuros, lógico ante el empuje y mayor presencia en la segunda mitad en territorio blanquirrojo del filial blanquivioleta, pero no acabó de atinar. Titi, con un centrochut en la primera mitad pudo dejar el duelo visto para sentencia. Pero fue Carlos Fernández el que gozó de las mejores ocasiones.

El extremo asturiano servía desde la derecha, ya en la segunda mitad, y la pelota llegaba al segundo palo donde aparecía el exfutbolista del Villanovense, cierto que forzado pero con todo a favor para marcar a puerta vacía. Su remate, impreciso, se fue a las nubes. Minutos después, Chevi servía en profundidad para dejar en ventaja al delantero, pero el intento de vaselina se quedó en eso, en un intento cuando Sergio adivinó la sintenciones del jienense.

Se llegaba a los minutos finales y no se podía echar abajo el trabajo realizado previamente. Joel Valencia e Íker Alegre habían relevado a Pere Milla y Titi, respectivamente. Velocidad y desequilibrio para 'matar' el choque a la contra. Jacobo y Adrián León se multiplicaban; aquí, allá, ayudando a los centrales, por arriba, por abajo... labor oscura, de la que no brilla, pero que es clave para entender las alegrías. La defensa, con dos sobrios centrales (Julio Rico y Borja) y dos efectivos laterales (Miguel Santos -el Valladolid B reclamó una posible mano dentro del área durante la segunda parte- y Paredes), no sufría ante el ataque posicional de los locales y sólo en las jugadas de estrategia se equilibraban las fuerzas.

Y volvió a erigirse en protagonsita Miguel para con su cuerpo evitar el empate con el tiempo a punto de cumplirse. Aún habría un par de saques de esquina más, pero sin incidencias. El triunfo se había consumado, los 3 puntos volaban de los anexos del José Zorrila y dejan al UD Logroñés como tercero en la tabla. La semana que viene llega a Las Gaunas la Cultural Leonesa, segunda. En función de lo que se vea en ese choque, se valorará si ese punto de inflexión que exigía Carlos Pouso ha llegado.

Real Valladolid B: Sergio; Deve, Cristian, Iván Casado (Mario, min. 88), Ángel; Anuar (Espinar, min. 63), Zambrano; Mayoral, Dani Vega (Royo, min. 82), Toni; y Caye Quintana.

UD Logroñes: Miguel; Miguel Santos, Julio Rico, Borja, Paredes; Jacobo, Adrián León; Titi (Íker Alegre, min. 69), Chevi, Pere Milla (Joel Valencia, min. 57); y Carlos Fernández (Jordan, min. 86).

Árbitro: Villa Maestre (Colegio Extremeño). Amonestó a los locales Deve, Ángel, Caye Quintana y Mayoral; y a los visitantes Miguel Santos, Paredes, Chevi y Jacobo.

Gol: 0-1, min. 10: Carlos Fernández.

Incidencias: Unos 500 espectadores en los anexos del José Zorrilla.

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