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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Casi el 84% de la población de Las Palmas de Gran Canaria cree que el alquiler vacacional aumenta el precio del arrendamiento de la vivienda

Cartel de alquiler en una vivienda.

EFE

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El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha repetido la encuesta sobre valoración del turismo realizada en 2019, con conclusiones que confirman que “la población lo ve como positivo” aunque reconoce efectos negativos, principalmente sobre el alquiler vacacional, pues un 83,6% cree que provoca un aumento del de larga duración.

Se trata de una encuesta realizada por la empresa pública municipal Turismo LPA a la empresa Técnicos en Socioanálisis, entre el 26 de febrero y el 11 de marzo, con 1.200 personas consultadas en todos los distritos en proporción al peso poblacional de cada uno en el total de la ciudad.

Entre las principales cifras, detalladas hoy en rueda de prensa por el concejal de Turismo, Pedro Quevedo, destaca que el 83,6%, está de acuerdo en que el alquiler vacacional hace aumentar el precio del alquiler, mientras que el 78,3% está de acuerdo en que dificulta encontrar vivienda en alquiler.

En términos generales, el 92,8% de las respuestas afirma que el turismo tiene un efecto positivo en el empleo, el 91,2%, que genera riqueza y crecimiento económico y el 79’1% que mejora las actividades culturales y de ocio de las diferentes zonas.

Entre los encuestados, un 20% ha asegurado trabajar en el sector del turismo, mientras que la dependencia del sector asciende al 30% de los encuestados, lo que se traduce en una tercera parte de la economía de la ciudad.

El 84% asegura que la situación de las zonas turísticas en la ciudad es muy positiva, mientras un 12% la considera negativa, aunque las respuestas muestran una polarización en lo relativo a los elementos negativos, destacando especialmente sus efectos en la vivienda en lo que coinciden más del 50% de los consultados, así como en el incremento del coste de vida.

Po su parte, el 69% considera que el volumen de turismo en la ciudad es “apropiado” mientras un 3,9% cree que es demasiado, con una valoración positiva en general del visitante, ya que un 76,2% considera que el comportamiento del turista es bueno o más o menos bueno.

Sobre si existe turismofobia o rechazo al turismo, el informe es “categórico”, ha dicho, con un “0,4% que considera que sí hay mucho rechazo, un 4,8% que sí existe algo de rechazo”.

Como ha apuntado el concejal y el técnico responsable del estudio, Juan del Río, “hay consenso en lo relativo al alquiler vacacional” ya que un 83% considera que repercute negativamente en le precio del alquiler y un 56% que aumenta el coste de vida.

El 36,4% cree que la regulación actual de la Vivienda Vacacional no es correcta y el 22,6% piensa que está bien como está.

Los costes económicos y sociales del turismo, en relación a las respuestas de 2019, evidencian que “los costes superan a los beneficios en relación al alquiler vacacional”, ha señalado Del Río, aunque “los resultados de 2019 y 2024 en estos aspectos no han variado prácticamente”.

El concejal de Turismo, Pedro Quevedo, ha subrayado que este informe confirma que “no hay rechazo ni turismofobia” y que “no todo vale” en política turística, ya que a su juicio “lo importante no es contar turistas, sino establecer directrices para un desarrollo equilibrado sostenible y de calidad, en el que el bienestar del residente es tan importante como la experiencia del visitante”.

Para el edil la ciudad como destino urbano vive “un momento decisivo” ante “un nuevo escenario”.

Como ha destacado Quevedo, “la vivienda vacacional no puede funcionar a libre albedrío, ni se puede permitir edificios completos de alquiler vacacional porque son competencia desleal”, puntualizando e insistiendo en que “estamos a favor de la gente y no en contra del alquiler vacacional”, para “no demonizar las cosas” sino “estudiar una realidad que hay que abordar”.

En esta línea, ha explicado que esta es “una cosa seria” y que el turismo y el alquiler vacacional es algo que hay que “parar a analizar”.

“El cálculo es o se para la vivienda vacacional o seguirá subiendo” y si seguimos así “la dimensión del problema se nos escapará y no podremos actuar”.

Se ha declarado “en contra de que no esté regulado y que haya tenedores con más de 500 viviendas”, y no contra el ahorrador canario que tiene alguna propiedad en explotación.

Las actividades especulativas “están prohibidas” y “o nos tomamos esto en serio o tendremos un problema gordo”.

Quevedo ha valorado positivamente el anteproyecto de regulación de la vivienda vacacional “como base”, pero ha subrayado que “no sienta prohibiciones claras para que esto no se desboque” ni tampoco medidas concretas.

Para Quevedo, hay que separar lo residencial de lo turístico y declarar zonas tensionadas “aprendiendo de otras ciudades que ya han tenido problemas de turismofobia” como son Barcelona, Palma, o Málaga, entre otras.

La ciudad, en su estrategia dentro de “un modelo de gobernanza inclusivo”, requiere de estos estudios, que para Quevedo “deben servir para entender que estamos bien, pero en un punto de inflexión que no debemos perder de vista si no queremos deteriorar el modelo de convivencia entre el turista y el ciudadano”, ha dicho. 

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